04x01: We Don't Talk About Wordle
¡Hola, mundo!
Contra todo pronóstico (incluido, a ratos, el mío propio), vuelve el blog un año más, y como no podía ser de otra manera, vuelve con nuevo formato: entradas temáticas.
Escribir una entrada al mes (bueno, vale, una entrada al mes en el mejor de los casos) contando todo lo que he visto/leído/jugado/escuchado durante el mes acababa llevándome demasiado tiempo, así que la idea para este año es intentar dedicar cada entrada a un único tema. Y, como serán entradas más cortas, lo mismo publicaré dos en una misma semana1 que acabaré dejando pasar dos meses entre una y otra, pero por lo menos tardaré menos tiempo en escribir cada una y será más fácil que me asome un rato a hablaros de alguna cosa que me haya gustado especialmente.
Total, que para inaugurar esta cuarta temporada, hoy vengo a hablar de Wordle.
A estas alturas, salvo que vivas debajo de una piedra2, seguramente ya habrás oído hablar de3 Wordle.
El objetivo de Wordle es acertar una palabra de cinco letras en un máximo de seis intentos, y en cada intento el juego te dice cuántas letras has acertado y cuáles de las que has acertado están en el sitio correcto. Sí, como el Mastermind, pero con palabras. O como el Lingo, pero sin Ramoncín4.
Es un juego de Josh Wardle, creador de cosas tan curiosas como los experimentos sociales The Button y Place, y es difícil saber exactamente por qué se ha vuelto TAN popular (aunque es muy de agradecer que por una vez se haga popular algo que no pretende ocupar todo tu tiempo, ni llenar tu vida de anuncios o cobrarte por una versión premium).
Quizás influya lo elegante del diseño; quizás el hecho de que sólo se puede jugar una vez al día; quizás que (como apuntaba alguien el otro día en twitter) parece muy difícil pero luego casi siempre se acaba acertando, dándote un minutito de “eh, qué listo soy” antes de que el día te ponga en tu sitio; o quizás el pequeño componente social que tiene, permitiéndote compartir fácilmente tus resultados en twitter5 o donde quieras.
Hablando de compartir resultados, otra de mis cosas favoritas relacionadas con Wordle es Wordle2Townscaper, que convierte tus resultados de Wordle en un edificio de Townscaper:
Que a todo esto, si no conocéis Townscaper (podéis jugar a una demo en el navegador o comprarlo básicamente para cualquier plataforma, incluso Android e iOS), sólo puedo recomendaros encarecidamente que lo probéis, porque es una preciosidad.
Pero, volviendo a Wordle… hay también versiones en probablemente casi cualquier idioma que se te ocurra (yo, además del original, juego diariamente a la versión en español), y montones de variantes, algunas realmente estúpidas como Letterle…
… y otras completamente geniales como Absurdle, que es básicamente una especie de Wordle malvado6. En vez de seleccionar desde el principio una palabra para que intentes averiguarla, lo que hace es “reaccionar" a las palabras que vas poniendo tú para intentar ponerte las cosas cada vez más difíciles, hasta que ya sólo le queda una palabra válida y no le queda más remedio que aceptarla cuando la aciertes (la explicación completa, aquí).
Y hasta aquí lo que venía a contaros sobre Wordle, pero como en el fondo yo he venido aquí a hablar de mi libro (?), no puedo terminar esta entrada sin recordaros Paláculas, el juego de formar palabras a partir de letras de matrículas que hice hace unos años (sólo para Android, eso sí):
Como habréis sospechado al ver el título de esta entrada, una cosa es hacer entradas temáticas y otra no añadir ni siquiera una pequeña bonus track al final.
Si hay algo aún más omnipresente que Wordle últimamente es We Don’t Talk About Bruno, uno de los muchos temazos que ha compuesto Lin-Manuel Miranda para Encanto. Cómo será la cosa, que incluso han publicado en Spotify un disco con 20 versiones de la canción en distintos idiomas (y una instrumental).
Así que, para cerrar la primera entrada de esta nueva época del blog, os dejo con esta versión de “We Don’t Talk About Bruno” en 21 idiomas7 (!):
¿Seré capaz de seguir actualizando el blog con una cierta regularidad? ¿Qué cosas me gustarán lo suficiente este año como para dedicarles una entrada a ellas solitas? ¿Cuántos euros son 400 dracmas?
Si queréis saber la respuesta a todas estas preguntas (¡y a muchas más!), no tenéis más que suscribiros al blog:
(hay otras opciones también, pero me hacen menos ilusión)
Jaja, no.
Si efectivamente vives debajo de una piedra, me encantaría saber cómo has llegado hasta mi blog.
Y, probablemente, también “estarás jugando diariamente a”.
Si entiendes esta referencia, espero que tengas ya la tercera dosis de la vacuna.
Por supuesto, no voy a perder la ocasión de volver a compartir mi triunfo de hace un par de días:
Del creador de HATETRIS, la versión de Tetris que hará que quieras tirar el ordenador por la ventana.
Sí, hay dos idiomas más que en el disco. No, no sé cuáles son.